Charles Chaplin

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Inauguro mi andadura en este blog hablando de uno de los personajes cruciales, no solo en la historia del cine, sino de la historia del siglo XX.

La memoria cinéfila de mi infancia recuerda a un tipo con bigote jugando con una bola del mundo. Sí, es la tan famosa escena de «El Gran Dictador», en la que Chaplin, caracterizado como Hynkel, dictador de «Tomania», juega con una enorme bola del mundo, en una genial y aplastante metáfora sobre el nazismo y Hitler.

Chaplin era un cineasta increible. Y no lo era por la genialidad de sus encuadres (que también), sino por todo lo que aportó al cine, sobretodo a la comedia. Sin Chaplin no habría nada, es así de sencillo. El humor desgarrado, inteligente, el gag tras el cual hay una brutal crítica al sistema, ese humor que eleva el alma, nacido de la inocencia más pura, pero también de la «mala leche», de aquel que ha sufrido en sus propias carnes la miseria y la pobreza.

Podria extenderme hablando sobre la vida y obra de Chaplin, pero ya se ha escrito mucho sobre esto. Creo que lo más justo y honesto que puedo escribir acerca de Chaplin es que es, para mi y para miles y miles de personas en el mundo, aún hoy día, una inspiración, una religión cuyo mensaje deja huella. Todo el amor que profesaba Chaplin por la libertad y la vida queda reflejado de algún modo u otro en todas sus películas.

La vitalidad y esperanza de Candilejas, la inocencia pura y la busqueda sin tregua del amor en La quimera del oro, la bondad y dulzura de Luces de la ciudad, la brutal crítica contra la alienación del individuo en las sociedad industriales en Tiempos modernos, o ese canto al amor y a la libertad en El Gran dictador.

Ningún cineasta se merece tanto como él la calificación de artista. En todas y cada una de sus obras se desprende un aroma a clásico eterno, a genialidad desmedida, un talento puro, genuino, impresionante. Lo que aportó Chaplin al cine y al siglo XX es irremplazable. Y ahí quedan sus películas. 30 años después de su muerte aún siguen proyectandose en cines y televisiones de todo el mundo, aún siguen provocando risas y llantos, rompiendo absurdos prejuicios sobre el cine mudo.

Con justicia se le ha considerado a veces como el mayor artista del siglo pasado junto a Picasso. Un visionado a cualquiera de sus películas basta para saber por qué. 30 años después de su muerte solo queda el seguir rindiendole tributo, rendirse ante todo lo que ha aportado al cine y la vida, seguir con fiel admiración su ideal: el amor y la vida por encima de todas las cosas.

 


3 respuestas to “Charles Chaplin”

  1. La_Maga Says:

    En un todo de acuerdo con lo dicho sobre Chaplin.
    Me gustaría que corrijan la frase que inicia el comentario: «Mi memoria cinéfila de mi infancia recuerda … «

  2. liriko Says:

    Creo que ya esta solucionado, Gracias.

  3. Colección Charles Chaplin en El Mundo « 13 monos Says:

    […] Charles Chaplin en El Mundo El otro día os hablaba de uno de los grandes genios de la historia del cine, Charles Chaplin. Pues bien, cual es […]

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