Inolvidable secuencia del filme «Cinema Paradiso» dirigida en 1988 por Giuseppe Tornatore. Uno de los más emblemáticos, sensibles y nostálgicos homenajes que jamás se hayan hecho al séptimo arte y ante todo un homenaje al principal protagonista de las películas, que son los espectadores. A lo largo del largo vemos como los diferentes personajes de la villa italiana sufren, ríen, cantan, lloran, aman, odian y muestran todos sus sentimientos mientras ven uno de los pocos entretenimientos que ofrecía la Italia rural de los años 50, y otros ¿porqué no?, pasan literalmente de la película y se dedican a hacer bromas al vecino, aprovechan para meterse mano ya que todo el mundo está pendiente de la pantalla o incluso algunos aprovechan para cotillear sobre los demás. Una autentica joya que seguro disfrutará todo cinéfilo de pro.
La escena nos muestra al protagonista de la película, Salvatore (Jacques Perrin), en su etapa adulta , y consagrado como gran director de cine a pesar de llevar una existencia bastante vacía, observando un cortometraje que ha hecho con todas las secuencias que cortaba su amigo Alfredo (el recientemente fallecido Phillipe Noiret) durante su infancia, cuando siendo monaguillo acompaña (o más bien se colaba) al padre Adelfio (Leopoldo Trieste) al cine, para censurar aquellos trozos que consideraba obscenos. Recordando así los más tiernos y emotivos momentos de su infancia junto a Alfredo que a pesar de su diferencia de edad compartían el mismo amor por el cine.
mayo 13, 2007 a las 10:21 pm |
Emblemática secuencia, de esas de llorar, pero no de pena, si no de satisfacción. A esta emoción ayuda la fantástica BSO del maetsro Morricone (raro es que nolo hayas nombrado), que después seoyó hasta en la saciedad, pero se agradece.
La peli aparece la ·#92 en el top #250 del IMDB, no està gens malament!
mayo 13, 2007 a las 10:57 pm |
Inolvidable secuencia, inevitable soltar la lagrimilla.
mayo 15, 2007 a las 12:56 pm |
Dios.. Que recuerdos! No he podido evitar recrear la nostalgia que viví al ver dicha escena cuando yo era solo un niño.. Maravillosa, un poster de la película decora el comedor de mi casa para tener presente siempre, una de las mejores películas que jamás se hayan hecho. Siempre en el recuerdo el viejo Totó. Saludos y seguir igual que hasta ahora!