Parece que la Academia de Hollywood le ha cogido el gustillo a esto de nominar cada año a una película indie o de bajo presupuesto, como queriendo decir: ¡ey, que nosotros también sabemos ser alternativos!
No le encuentro otra explicación posible al de querer promocionar ese otro cine que se hace en Estados Unidos, al hecho de haber nominado a una película como Juno a la categoría de mejor película.
La jovencisima Ellen Page interpreta a Juno, una joven de 16 años que se queda preñada de un compañero de clase. Pero en vez de abortar, como harían la mayoría de jovenes de su edad, decide tener al niño y darlo en adopción a una pareja que lo necesite. Toda la película gira en torno al personaje de Juno, y su extraña relación con Bleeker, el chico con el que se acostó, y la más extraña todavía relación que mantiene con Mark, el marido de Vanessa, la mujer que adoptará al niño que espera Juno.
La película parece hablarnos de un tema recurrente en el cine norteamericano indie: la pérdida de la inocencia y los problemas, inseguridades y miedos de los adolescentes. Lo hace sustentando el peso de la película en la actuación de Ellen Page, chica que se había dado a conocer por su inquietante interpretación en Hard Candy. La actuación de Page es realmente buena, pero… ¿De verdad merecía la nominación a mejor actriz?
¿Qué problemas le veo a esta película? Principalmente que los secundarios no dan la talla, salvo quizás la guapisima Jennifer Garner. Es además una película muy lenta, y en la que el guión parece destinado a dejar en cada secuencia almenos una frase lapidaria o una conversación trascendental sobre la vida.
Tampoco es nada creíble la reacción de la muchacha al descubrir que se ha quedado embarazada, ni la reacción de sus padres al enterarse de la noticia, ni tampoco está bien explicada la relación que mantiene con su compañero Bleeker, aunque esto más bien parece un efecto buscado por la guionista de la película, la polifacética y extravagante Diablo Cody.
La película es bastante tostoncete, para qué engañarnos. Yo me sigo preguntando si no había películas mejores a las que nominar (Jesse James, por ejemplo), o si es que estos americanos se han vuelto definitivamente locos. No es una mala película, pero no es de lo mejor de este año. Vamos, ni por asomo.
Esperaba más de Jason Reitmann, aunque le daré una segunda oportunidad cuando pueda ver su anterior y opera prima, la aclamada Gracias por fumar.
febrero 1, 2008 a las 11:32 pm |
Es una de esas películas que me da mucha pereza verlas, aunque también reconozco que soy un poco puñetera.
Digamos que la Academia debe llenar cada año el cupo de pelis indies (concepto también muy relativo) y este año le ha tocado a esta.
Mi teoría es que no ven la mayoría de películas, pero que eso pasa en Hollywood y en todos lados. Trabajando rodeada de revista yankies de comunicación me he dado cuenta que en los meses previos a los premios gordos están llenas de propaganda nada subliminal de las distribuidoras, dirigida a los profesionales que forman parte de la Academia. Vamos, que acaban nominando aquello que «les venden». Por eso la mayoría de pelis nominadas tienen detrás a grupos empresariales importantes y los casos que no, como esta, pues es para llenar ese cupo de «cine alternativo», buscando lo menos alternativo dentro de lo alternativo (los actores son bastante conocidos, el argumento no es especialmente «incómodo»…)
Por cierto, ya que estamos con Ellen Page (una que si no la dosifican un poco la acabarán estropeando), ¿soy la única a la que «Hard Candy» no le pareció nada del otro jueves?
febrero 10, 2008 a las 10:19 pm |
Sinceramente, a mí la película me gustó, pero bueno como dicen muchos para gustos colores, debe ser mi gusto por lo americano