Hace bastante tiempo que encontré en Youtube un usuario llamado Russell, jamás he mantenido contacto con él pero la verdad es que su canal me hizo bastante gracia. En su canal podemos encontrar fragmentos de un firme bastante curioso titulado El desfiladero de la muerte que nos lleva a una historia bastante curiosa en la que un grupo de vascofranceses deciden abandonar sus tierras para ir a buscarse las perras al salvaje oeste. Los fragmentos son realmente curiosos y tratan a los vascos como poco más que un grupo de asalvajados, comunicándose a base de irrintzis y son todos unos expertos bailarines de flamenco. Eso sí, son el terror de los pobres indios que poco pueden hacer contra ellos, sus cestos, sus pelotas vascuences y la innata habilidad que poseen de realizar saltos de 6 metros para caer sobre piedras no romperse ni tan siquiera el menisco. Pobre también es la imagen de los indios, mostrándonos como pobres salvajes, aunque bueno, eso era bastante normal en algunos western de la época…
La película fue dirigida por Russell Rouse en 1959 y narra las vivencias de un grupo de vascos que atraviesan el Missouri para establecerse en California, pero los problemas llegan cuando la prometida (Susan Hayward) del jefe de la caravana (Jacques Bergerac) y el guía (Jeff Chandler) que les ayuda a cruzar el país se enamoran mientras que un grupo de indios comienza a acecharles.
De propina también os dejo un vídeo que también subió el propio Russell sobre la introducción de un episodio de la afamada serie McGyver en la que podemos aprender un poco más de la cultura vasca gracias a nuestro héroe. Podemos descubrir en este episodio como los vascos son un grupo de terroristas que viven en las montañas rocosas y llevan toda la vida en guerra con Francia y España. Entre sus costumbres destacan vivir en la montaña en chamizos, ir en paños menores, hacer ejercicio mientras oyen rancheras, tener lanchas hinchables atadas en los lugares más inhóspitos y sin olvidarnos de sus irantzis, que no puede faltar como grito de guerra. Todo ello sin olvidarnos que suelen acostumbrar a todos los cientificos extranjeros que pasan por allí, independientemente de su especialidad, para construir una bomba atómica.
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